viernes, 19 de agosto de 2011

Actualidad

Casi 6 millones cobran el haber mínimo de $1.434
El aumento a los jubilados hasta ahora es escaso
El fondo de garantía de sustentabilidad (FGS) de la Anses creció casi un 85%.
Domingo 07 de agosto de 2011 Nacional Guillermo Segón Consultor previsional, El Tribuno

Podríamos decir que es relativo que los aumentos a los jubilados hayan acompañado a la inflación en nuestro país.
El Gobierno nacional ha anunciado el aumento del 16.82% para todos los jubilados y pensionados nacionales, que corresponde a partir de setiembre de este año conforme lo establece la ley de movilidad aprobada a fines del 2008 y que entró en vigencia en marzo de 2009. La ley establece que dos veces al año, en los meses de marzo y setiembre, se aumentarán las jubilaciones en función de una fórmula que combina el aumento de los salarios de los activos y los ingresos al sistema previsional (recaudación tributaria), es decir que los aumentos ya no dependen solo de la voluntad del Poder Ejecutivo nacional, sino que es una obligación determinar el aumento en función de la formula establecida.
¿Se puede decir que el 16.8% es un buen aumento para los jubilados? Esto depende desde qué fecha se analizan los aumentos, porque si solo se analizan desde marzo de 2009 en adelante podríamos decir que los aumentos a los jubilados han acompañado los índices de inflación de nuestro país, y entonces éste seria un buen aumento. Ahora, si nos vamos más atrás y analizamos los aumentos recibidos por los jubilados desde 2002 a la fecha, podremos observar que estos no alcanzan para recuperar la importante perdida del poder adquisitivo del haber jubilatorio. Tengamos en cuenta que durante el período 2002/2006 los jubilados prácticamente no recibieron ningún aumento, excepto los haberes mínimos que sí recibieron aumento en ese período. Estas malas decisiones tomadas en esos períodos nunca fueron solucionadas con posterioridad y generaron múltiple reclamos judiciales que terminaron con el fallo de la Corte de Justicia de la Nación (caso Badaro). Se estableció que en ese periodo correspondía haber dado en total un 88,6% de aumento a los jubilados, en función de la inflación del país. Si la Presidenta de la Nación no hubiera vetado el año pasado la ley que ajustaba las jubilaciones por el caso Badaro, los pasivos sí hubieran recuperado el retraso que tenían en sus haberes y, de esa manera, hoy podríamos decir que el aumento de setiembre del 16,8% sí habría alcanzado, y los jubilados podrían haber festejado este aumento.
En la actualidad, el 75% de todos ellos (casi 6 millones) cobran la jubilación mínima de $1.434 y la pregunta que me hago es si alcanza este monto para cubrir la canasta del jubilado. Me parece que no. Es por eso que creo que se debe insistir nuevamente en una ley que reconozca la movilidad de Badaro para todos los jubilados, sin que tenga que recurrir a la Justicia. De esta manera, se recuperarían los haberes de los jubilados que no recibieron aumentos por un largo período y, una vez recuperados esos haberes, entonces sí los aumentos de la ley de movilidad servirán para mantener el poder adquisitivo.
Pero todo este cuadro que analizamos tiene un contexto de actualidad financiera muy importante. El sistema de Justicia argentino está literalmente colapsado por el peso de la cantidad de casos contra la Anses. Las voluminosas demandas judiciales amenazaron con quebrar los techos de los tribunales de seguridad social el año pasado, situación que obligó a tomar un receso de tres semanas. El Gobierno nacional se enorgullece de haber expandido la cobertura de pensiones para incluir a otros dos millones de argentinos al sistema; también se aumentó la pensión básica. La Anses tiene mucho dinero gracias al crecimiento económico y a las fuertes ganancias en los mercados locales, tras la crisis financiera global. El fondo de garantía de sustentabilidad (FGS) de la Anses creció casi un 85% hasta unos $183.000 millones (US$43.000 millones) desde diciembre de 2008, cuando el Estado tomó el control de las pensiones privadas.

1 comentario:

Vanina dijo...

Nuestros viejos, que laburaron toda su vida, hoy tienen que soportar haberes jubilatorios de miseria. Si bien la "movilidad" establecida por ley en el último tiempo es necesaria, no cubre, sin embargo, las necesidades más básicas de nuestros abuelos.
Eso sin tener en cuenta que la movilidad establecida queda muy por debajo de la inflación REAL (es decir, no la truchamente denunciada por el IndeK). Ni hablar si a toda esta situación de miseria, le agregamos al patético PAMI.
Lamento tener que admitir que, cuando los viejitos recurren a la justicia para lograr su merecido y juste reajuste, el sistema judicial acuerda con el político para especular con los pocos años de vida del viejo, para no pagarle un mango de lo que le corresponde...
La medida suena linda, pero pareciera ser que, para nuestros abuelos, un haber digno sigue siendo una utopía.
Abrazo fuerte a los chicos de la asesoría de La Corriente!