sábado, 30 de julio de 2011

El crecimiento económico en Argentina no soluciona el problema de vivienda


Lo revela la Encuesta de la Deuda Social Argentina, que elabora desde el 2004 la Universidad Católica

El crecimiento económico sólo ha paliado de manera marginal el déficit estructural de vivienda en las grandes ciudades del país, según revela a Encuesta de la Deuda Social Argentina (Edsa) desarrollada por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina.

El estudio releva desde el año 2004 los hogares de la población urbana de nuestro país, en ciudades con más de 200 mil habitantes. Abarca una muestra de 2.520 hogares del Gran Buenos Aires, Gran Córdoba, Gran Salta, Gran Mendoza, Gran Rosario, Gran Resistencia, Paraná, Neuquén-Plottier y Bahía Blanca.
“Tras seis años de crecimiento económico, si bien se registraron mejoras en la provisión de servicios domiciliarios y en la infraestructura urbana en la mayor parte de las grandes ciudades del país, persisten elevados déficit habitacionales estructurales en algunos segmentos de la sociedad argentina y las brechas entre los hogares más y menos favorecidos no se han reducido significativamente.
“Estos núcleos de marginalidad social -dice el documento- no sólo se concentran en las viviendas ubicadas en villas y asentamientos precarios, sino que en las propias áreas residenciales con trazado urbano conviven hogares en situación de extrema vulnerabilidad con viviendas deterioradas con fuertes déficit en materia de acceso a servicios públicos adecuados”.
Advierte incluso que “durante la última década en nuestro país se incrementó sustancialmente el número de villas y asentamientos precarios y la cantidad de población viviendo en ellas. Sólo en la provincia de Buenos Aires se estima que habitan en este tipo de núcleos urbanos, alrededor de 2 millones de personas”.
Habitabilidad
En cuanto a la habitabilidad de las unidades de vivienda (acceso a agua y cloacas, redes de gas y luz, pavimento, desagües) señala el documento que “quienes salieron de la situación de déficit fueron los hogares que previamente acumulaban menor cantidad de privaciones.
“Todavía en 2009 el 50,3% de la población, la cual se concentraba en cuatro de cada 10 hogares, padecía déficit de habitabilidad”.
“El nivel de habitabilidad de una vivienda está estrechamente relacionado con la condición residencial de la misma. Así, mientras que entre 2004 y 2009 los hogares ubicados en zonas con trazado urbano (ya sea de nivel socioeconómico bajo o medio) mejoraron ligeramente su situación, prácticamente la totalidad de los hogares ubicados en villas y asentamientos no mostraron variación alguna, lo que indica que existen núcleos de exclusión residencial de tipo estructural”.
Cabe destacar que si bien el 51,5 % de los hogares encuestados en el país redujeron algún déficit habitacional, “sólo el 48,8% de los hogares ubicados en zonas urbanizados de clase baja tenía acceso a todos los recursos y servicios que incluye este índice”.
Incluso el 13,8% de los hogares ubicados en áreas con trazado urbano de nivel socioeconómico medio y medio alto, carecía de alguno de los elementos que permiten un buen nivel de habitabilidad.
Los alquileres y la regresión social
En las villas, sólo el 46 % de las unidades son propiedad de sus habitantes; una porción similar (46,1 %) presenta tenencia irregular y sólo el 7,9 % alquila. El costo de los alquileres es otro de los datos que la Edsa toma como escollo de acceso a la vivienda.
El informe advierte que el aumento del alquiler promedio en el país de 2007 a 2009 fue de 62,1 % promedio. Pero es mayor para las viviendas ubicadas en las villas y asentamientos, donde un contrato de alquiler creció un 97,4%, en tanto que para la clase media urbana el aumento fue de 51,5 %.
“Esto está indicando un proceso de tipo regresivo, por cuanto los sectores más vulnerables que no cumplen con los requerimientos para alquilar viviendas en áreas con trazado urbano- fueron los más afectados por la indexación en los alquileres, en contraposición a las clases medias que tienen otras posibilidades e incluso -en el menor de los casos- pueden acceder al crédito hipotecario”.
Añade el informe que “este proceso estuvo estrechamente vinculado con el incremento de villas y asentamientos en la última década. Por tener nuestro país un déficit estructural de vivienda y a partir del propio crecimiento vegetativo y de los flujos migratorios, la demanda de unidades habitacionales en los segmentos más pobres llevó a que los precios de los alquileres en el contexto de las villas y los asentamientos subieran sensiblemente más que en las zonas con trazado urbano.
“El mismo fenómeno regresivo -concluye- se dio al interior de estas últimas. Los barios de clase baja experimentaron un incremento mayor que los de clase media”.
Hacinamiento
Entre los años 2004 y 2007 se evidenció una leve reducción en el indicador promedio, de del 11% al 7,8% de los hogares y del 18,8% al 12,8% de la población. Sin embargo, en los dos años posteriores el indicador volvió a ascender hasta alcanzar al 8,8% de los hogares y al 15% de las personas. La Edsa define al hacinamiento por la incapacidad de una vivienda de proveer protección y abrigo, intimidad, privacidad. En los sectores medios y altos el problema alcanza sólo al 1 % de los hogares.
Fuente: El Litoral (Santa Fe)
Sábado, 11 de Diciembre de 2010 06:00

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es necesaria una urgente reforma agraria que ponga fin a la concentración en pocas manos de la tierra y a su consecuente aumento de precio producto del negocio inmobiliario.
Luchemos por expropiar sin indemnizar, y entregar la tierra a quienes la trabajan y/o carecen de vivienda.
Muerte al imperialismo y a la oligarquía latifundista!!!

Anónimo dijo...

No entiendo la nota, la hace una fuente de donde??